¿POR QUÉ TE VAS?
Buenos días, hoy vamos a ver el testimonio de varias personas que decidieron dar parte de su tiempo a los demás en países en vías de desarrollo. Nada menos que un año de sus vidas. Son jóvenes como vosotros, con algunos añitos más de diferencia.
A lo largo del año parten grupos de voluntarios desde las ONGs cristianas. No es un voluntariado meramente social, lleva el adjetivo de Misionero porque supone la motivación de la fe como parte esencial, e implica incardinarse en una obra misionera durante, al menos, un año. Por tanto, el compromiso es serio y lo asumen, por regla general, estudiantes que han terminado sus respectivas carreras universitarias o estudios equivalentes. Antes de marcharse se les hizo dos preguntas
¿Por qué te vas como voluntario?
¿Cuál es el equipaje que crees debe llevar el voluntario? Estas fueron las respuestas de dos de ellos:
DESIRÉE LARA DENIA de Burlada, Navarra. 22 años. Voluntaria en México.
Me voy de voluntaria porque llevo cinco años en diversos tipos de voluntariado y esta es una experiencia que deseo realizar desde hace muchos años y que creo que ahora es el momento para mí.
En el equipaje creo que el voluntario debe llevar: voluntad, ganas de vivir esa experiencia, ganas de conocer otra cultura, ganas de convivir con la gente del país al que va y con los demás voluntarios, pensar lo que te va a aportar una experiencia así en la vida. •
BEATRIZ MANSO MORENTE de Granada. 26 años. Voluntaria en Bolivia.
Me voy de voluntaria por dos motivos principalmente, el primero porque desde que era muy pequeña fue mi sueño. No sé muy bien por qué, pero siento que tengo que hacerlo, es como un "tipo" de vocación. El segundo motivo es una continuación de mi sueño, ya que en lo poco que llevo vivido los momentos más felices de mi vida han sido los que he dedicado a ayudar a los demás, y la expresión de máxima entrega, ahora mismo, me parece que es dedicar un año de mi vida a quienes lo necesitan. También creo que ahora es el momento perfecto para irme de voluntaria, ya que antes no hubiese podido, por los estudios y en cierto modo por falta de madurez personal, y dentro de unos años posiblemente tendré más ataduras, que me impedirán ir, como pueden ser un trabajo estable, una familia, etc.
En el equipaje del voluntario yo pondría: Oración y vocación para iniciar el camino y no perderse. Paciencia y tranquilidad para poder reflexionar. Respeto, capacidad de ponerse en lugar del otro para intentar comprender. Valentía para afrontar cada día. Capacidad de aprendizaje porque de toda vivencia, día a día, se debe aprender algo. Capacidad de reflexión. Alegría y capacidad de amar y saber expresarlo y que todos puedan sentirlo.
¿Te gustaría hcer alguna experiencia de voluntariado? ¿Qué meterías en tu mochila para realizar el viaje de este curso?
Venerable Mary Ward, ruega por nosotros