Entonces se le ocurrió orar del siguiente modo:
«He cometido una verdadera estupidez, Señor: he salido de casa esta mañana sin mi libro de oraciones, y tengo tan poca memoria que no soy capaz de recitar sin él una sola oración. De manera que voy a hacer una cosa: voy a recitar cinco veces el alfabeto muy despacio, y tú, que conoces todas las oraciones, puedes juntar las letras y formar esas oraciones que yo soy incapaz de recordar».
Y el Señor dijo a sus ángeles:
«De todas la oraciones que he escuchado hoy, ésta ha sido la mejor, porque ha brotado de un corazón sencillo y sincero».
(Anthony de Mello)
ORACIÓN ENSÉÑANOS
Enséñanos, Señor,
el valor de lo sencillo,
el valor de los pequeños detalles.
Queremos prestar atención
a los que nos rodean,
sobre todo a los que pasan
alguna necesidad.
Ayúdanos a comprometernos
con los que están más cerca:
la familia, los amigos,
los compañeros de clase…
Venerable Mary Ward, ruega por nosotros.
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