ESO- BTO. Oración de la
mañana. Miércoles, 9 de octubre de 2.019
En el nombre del Padre, del hijo y del Espíritu Santo.
Experiencia de misión en Angola...
"La verdad es que cuando me puse a pensar en que debía decir, lo primero que se me ocurrió es que tenía que buscar cosas tal vez que os impresionasen, situaciones de gente desnutrida, abandonada, … es decir tragedias fuertes ( que tenemos muchas) porque parece que hoy en día eso es lo único que mueve el corazón de la gente y nos hace reaccionar, pero creo que no se trata de poner el corazón en un hilo sino de conocer la auténtica realidad y los desafíos con los que nos encontramos diariamente.
La verdad es que os voy a quitar toda idea de que los misioneros somos un poco héroes, el gran desafío para mí es cómo hacer que la gente que se acerca cada día, en cada momento se sienta querida y bien tratada. Y si os dais cuenta esto podría también servir para España y cualquier otro lugar del mundo porque lo que realmente nos hace felices a todos es querer y sentirnos queridos desde lo que somos.
[...]
Ahora sería necesario situarse en la realidad que aquí se vive. Hoy ya no tenemos guerra [...], quiere decir que toda la población de Angola es fruto de un ambiente de guerra con lo que eso genera de odio, violencia, desconfianza, mentira, rencor, muerte,… No se puede describir y es impresionante escuchar a la gente contarte sus experiencias.
Ante todo esto lo que se necesita es mucho amor, mucha paciencia, mucha comprensión,… Es saber escuchar, tener conciencia de que las personas necesitan contarte sus tragedias, quien mató a su padre, cómo lo llevaron preso, cómo huyeron,… Necesitan sentirse tratados como personas, con derechos, con dignidad, no sólo con paternalismo sino con misericordia y con ternura.
El gran desafío es no perder la esperanza en ningún momento, aunque la vida no sea tan fácil.
Vivimos en la gran esperanza de que la paz sea una realidad consolidada, que tiene que empezar en las familias y en la escuela.
Vivimos en la gran esperanza que la gente viva más dignamente.
Vivimos en la gran esperanza que ese espíritu de solidaridad africana sea una realidad cada vez más fuerte.
Hay muchas ONGs, muchos voluntarios y muchos misioneros. Todos trabajamos mucho pero a veces oyes que la gente dice: “los misioneros son diferentes”, los voluntarios de la iglesia hacen las cosas de otra manera” y es cierto, pero no es porque seamos mejores, sino porque no estamos solos, la fe es nuestra fortaleza. La misión no es nuestra es de la Iglesia, somos enviados y la misión es de todos. No os digo que la vida sea fácil, la soledad, la incomprensión,… son realidades pero en esos momentos la presencia del Señor se hace más real en nuestra vida, porque El está y no nos abandona. Yo cuando a veces veo que la cosa me supera voy a la capilla y le digo “Tú me metiste en este lío y Tú me tienes que sacar” y hasta ahora siempre lo ha hecho.
Aquí hay un lugar una misión que os acoge y que os necesita y con la que siempre podéis contar porque todos necesitamos de todos. En Angola estoy viviendo a tope, es cierto pero también recibiendo a mucho.
Os invito también a contar con Jesucristo en vuestras vidas, no va a evitar las dificultades, no nos va a hacer la vida fácil, pero ¡es tan bonito en los momentos más decisivos de nuestra vida saber que no estamos solos!" (Victoria E, ADC. 2011)
Que el Señor siga bendiciendo a tantos misioneros repartidos por el mundo y encienda la llama en nuestro corazón de anunciar la Buena Noticia.
Venerable Mary Ward, ruega por nosotros
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