ESO- BTO. Oración de la
mañana. Miércoles, 23 de octubre de 2.019
En
el nombre del Padre, del hijo y del Espíritu Santo.
Hoy, 23 de octubre nos volvemos a unir al deseo
profundo que Mary Ward sea propuesta
como modelo de vida cristiana para todo el mundo por la Iglesia Católica.
"Mary Ward (1585-1645) fundó una congregación
femenina de vida apostólica sin clausura, inspirada por el modelo de los
jesuitas. Su intuición era demasiado prematura “Esa mujer incomparable que
Inglaterra dio a la Iglesia…” dijo de ella Papa Pío XII, y Juan
Pablo II en Mulieres
Dignitatem la cita junto a otras mujeres “perfectas” que han
participado a la misión de la Iglesia no sin dificultades y discriminaciones.
La Iglesia Católica la vio demasiado audaz y Mary Ward
sufrió persecuciones y incomprensiones. Para ella, su iniciativa se fundaba en
las Constituciones de San Ignacio de Loyola. Su deseo era crear una
rama de contemplativas en acción.
Defendió
mucho a la mujer, llegando a afirmar: “Entre hombres y
mujeres no hay ninguna diferencia de tal género que estas no puedan hacer nada
grande. Y espero que en el futuro se podrá constatar que las mujeres cumplirán
cosas grandes”.
Su idea no prosperó e incluso se disolvió su obra,
la metieron en la cárcel en Alemania y la sometieron a la Inquisición. Demasiado moderna para su época, Pío XII la llamó
“mujer incomparable”. Mary Ward es la fundadora del Instituto Beata Vergine
María (IBVM).
Alfredo López Amat, SJ, en un estudio sobre la
figura de Mary Ward llamado “El drama de una pionera”, recuerda que
Ward estaba enferma, tenía pocos medios, iba andando y le tocó vivir en medio
de la Guerra de los 30 años.
Características de su carácter son la lealtad y la
veracidad, y su incapacidad de decir medias verdades. Sus compañeras destacan en
ella un perfecto equilibrio". (https://es.aleteia.org/2018/01/16/mary-ward-la-jesuita/)
Oración
para la Beatificación de Mary Ward
Oh Dios,
Creador de todo bien,
te damos gracias por darnos a Mary
Ward
a la Iglesia y al mundo.
Movida por el fuego de tu amor
ella no retrocedió ante los riesgos,
trabajos o sufrimientos.
Vivió y trabajó por tu mayor gloria,
por el bien de la Iglesia,
por la propagación de la fe, y
por la dignidad de las mujeres.
Fue una peregrina
que extendió la alegría del
Evangelio,
una mujer para nuestro tiempo.
Concédenos que, por el solemne
testimonio de la Iglesia,
el ejemplo de su vida sea una luz
para todos los que buscan tu
voluntad.
Amén
Venerable Mary Ward, ruega por nosotros
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