ESO- BTO. Oración de la
mañana. Lunes,7 de octubre de
2.019
En
el nombre del Padre, del hijo y del Espíritu Santo.
"Hoy queremos hacer un homenaje
a la gente buena, es decir, a aquellos que, por su compromiso de vida, por sus
gestos y sus detalles, por su manera de sentir, de mirar y de caminar por la
vida apuntan a algo más sublime, quizá a algo que les sobrepasa a ellos mismos.
Por ejemplo, aquel que renuncia a un puesto de trabajo que cualquiera quisiera para sí para dedicarse a algo más vocacional y que ayudará a más personas aun cobrando mucho menos; la que atraviesa medio mundo −literal− por acompañar los momentos importantes −bodas y funerales− de su gente cuando todos entenderían que no viniera; el que abre las puertas de su casa para acoger a otro que se ha quedado en la calle y pasadas unas semanas no se le nota ni que está incómodo con su intimidad invadida ni que está haciendo un favor.
Por ejemplo, aquel que renuncia a un puesto de trabajo que cualquiera quisiera para sí para dedicarse a algo más vocacional y que ayudará a más personas aun cobrando mucho menos; la que atraviesa medio mundo −literal− por acompañar los momentos importantes −bodas y funerales− de su gente cuando todos entenderían que no viniera; el que abre las puertas de su casa para acoger a otro que se ha quedado en la calle y pasadas unas semanas no se le nota ni que está incómodo con su intimidad invadida ni que está haciendo un favor.
Sus nombres deberían estar escritos
en una placa para ser recordados. Y si bien raras veces obtendrán un
reconocimiento público, al menos sus nombres deberían estar bien grabados en un
lugar donde podamos nosotros mirar de vez en cuando. Porque la gente buena
sostiene el mundo o, más modestamente, nos sostiene a nosotros. Cada vez que
nuestra fe tiemble, que nos sintamos solos, que desconfiemos del género humano
o que comprobemos que es posible darnos un poquito más, deberíamos volver la
vista a esos nombres para reconocer que Dios ya nos amó primero y que espera de
nosotros que también nos entreguemos con bondad.
Vaya, pues, este homenaje agradecido
a la gente buena al que, estoy seguro, muchos de los que lo han leído se
querrán apuntar..." ( Sergio G, sj)
Terminamos nuestra oración confiando
al Padre a toda esa gente buena que guardamos en nuestro corazón.
Padre
nuestro...
Venerable Mary Ward, ruega
por nosotros
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