CONFÍA, ESFUÉRZATE Y SÉ CONSTANTE
Hoy reflexionamos sobre las relaciones humanas.
Qué rápidamente nos formamos una opinión de otras personas, qué rápidamente llegamos a una conclusión sobre ellas. A nuestro yo mental le encanta etiquetar a otro ser humano, clasificarlo y no tener compasión a la hora de juzgarlo y en muchas ocasiones siente la tentación de dejarlo en evidencia para quedar bien.
Y tú, cuando te encuentras con alguien, aunque sea muy brevemente, ¿reconoces su verdadera persona y le prestas toda tu atención o te dejas llevar por su apariencia y como se muestra ante ti?
¿Cuál es la calidad de tu relación con tus padres, con tus abuelos, si tienes la suerte de aún tenerlos, con tus hermanos, con tus profesores, con tus compañeros de clase, con los de tu equipo de deporte, con tu vecino, etc.? A que esperas para mejorarlas?
Da tú el primer paso, esperando se pierden momentos de cercanía, complicidad y felicidad.
Un momento de atención sin juicio es suficiente. Cuando esa dimensión emerge dentro de ti, también la evocas en la otra persona.
Recuerda, vivir sin juzgar es una gran liberación y vivir perdonando y quitando importancia a las cosas es el camino hacia la paz y la concordia.
Crea a tu alrededor relaciones de calidad.
Mira este enlace, es una canción que dice “La gente ayuda a la gente... dame tu mano y
yo te la agarraré...”:
Después piensa en todo aquello que todavía puedes mejorar.
Padre Nuestro.
Venerable Mary Ward, ruega por nosotros.
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