Hoy celebramos en la Iglesia la festividad de Los fieles difuntos, una fiesta muy entrañable porque en ella recordamos y rezamos por las personas que murieron y que ya no podemos tener cerca. Es posible que muchos de vosotros vayáis, o hayáis ido, estos días al cementerio con otros familiares.
La Iglesia nos invita a que tengamos un recuerdo especial por ellas. Vivimos en una sociedad que tiene comportamientos de miedo y alejamiento de la muerte. A veces se no queremos hablar de esto porque pensamos que hacerlos nos produce sufrimiento.
Sin embargo, los cristianos nos sentimos en comunión, en unidad con los que desde el cielo nos acompañan.
Recordar a los que murieron es, también, una forma de dar gracias a Dios por sus vidas, por lo que aprendimos de ellos. Ninguno de nosotros es cómo es, sino gracias a los que nos han precidido: abuelos, padres, tíos profesores. Entre todos formamos una gran red por medio de la cual Dios se cuela en nuestras vidas y nos dice cosas.
Me gustaría que en esta mañana dieras gracias a Dios por esas personas que ya no están y que recuerdes, en un momento de silencio qué cosas te aportaron, qué aprendiste de ellas y que ya esta tuyo, qué lecciones nunca olvidarás.
Con esa actitud de agradecimiento y tras un ratito de silencio rezamos todos al Padrenuestro.
Padre Nuestro.
Venerable Mary Ward, ruega por nosotros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario