ESO- BTO. Oración de la
mañana. Lunes, 4 de noviembre de 2.019
En
el nombre del Padre, del hijo y del Espíritu Santo.
EL DÍA DE TODOS LOS SANTOS Y LOS
FIELES DIFUNTOS
En estas fechas cercanas a noviembre las
televisiones hacen reportajes sobre las diferentes tradiciones que hay en torno
a los difuntos. Lo típico, llevar flores a los cementerios, crisantemos a ser
posible. Limpiar y decorar los panteones de la familia. Normalmente la noticia
termina diciendo la cantidad de dinero que se gasta en flores y la cantidad de
gente que acude estos días a los cementerios.
En realidad, quizás olvidemos los motivos de
estos ritos y símbolos que la tradición ha conservado. Los cristianos desde
tiempo inmemorial recuerdan el día 1 de noviembre a todas las personas que
durante su vida han sido un ejemplo, un testimonio para los demás. Personas que
incluso han llegado a perder su vida por ser fieles a su fe. A estos se les
llama mártires. Personas, algunas de las cuales han sido tan profundamente
humanas y generosas que son para todos, un modelo de vida. A estos se les llama
santos cuyos nombres recordamos cada día del año. Y también personas que sin
hacer nada extraordinario, sin embargo, han pasado por la vida haciendo el
bien, como lo hizo también Jesús. Estos son Todos los Santos. Lo celebramos el
pasado viernes día 1.
Y el día 2 de noviembre celebramos la
fiesta de todos los difuntos. Desde tiempos antiguos la persona humana ha
sentido un respeto hondo y profundo por el misterio de la muerte. Ella ha
inspirado muchos ritos y símbolos que son una reflexión acerca de la vida
después de la muerte. Nuestros cementerios cristianos tienen un árbol
característico: el ciprés, alargado e indicando hacia lo alto. El ciprés es un
símbolo muy familiar por todo el Mediterráneo que indica el camino que van a
seguir quienes son enterrados.
Desde siempre el ser humano ha pensado que la
muerte no puede ser el final, que deben existir nuevos horizontes para la
persona. Por eso, el día de los difuntos es un día de esperanza: Jesús de
Nazaret ha vencido a la muerte y todos nuestros seres queridos que ya han
muerto también lo han hecho. No dejemos pasar estos días sin tener un recuerdo
y oración por nuestros difuntos.
Padre Nuestro…
Venerable Mary Ward, ruega por nosotros
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