JORNADA MUNDIAL DEL MIGRANTE Y DEL REFUGIADO
"La caridad no puede ser neutra, aséptica, indiferente, tibia o
imparcial.
La caridad contagia, apasiona, arriesga y compromete.
Porque la caridad verdadera siempre es inmerecida, incondicional y
gratuita.
Lo que está en juego es el rostro que queremos darnos como sociedad y
el valor de cada vida.
Se han dado muchos pasos positivos en diferentes ámbitos, especialmente
en las sociedades desarrolladas, pero no podemos olvidar que el progreso de
nuestros pueblos no puede medirse solo por el desarrollo tecnológico o
económico.
Este depende sobre todo de la capacidad de dejarse conmover por quien
llama a la puerta y que con su mirada estigmatiza y depone a todos los falsos
ídolos que hipotecan y esclavizan la vida, ídolos que prometen una aparente y
fugaz felicidad, construida al margen de la realidad y del sufrimiento de los demás.
¡Qué desierta e inhóspita se vuelve una ciudad cuando pierde la
capacidad de compasión!
Una sociedad sin corazón... una madre estéril.
Vosotros no estáis marginados, estáis en el centro del corazón de la
Iglesia."
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