miércoles, 12 de febrero de 2020

ESO- BTO. Oración de la mañana. Miércoles, 12 de febrero de 2.020

 En el nombre del Padre, del hijo y del Espíritu Santo.

Un rey de un lejano reino, pasó gran parte de su vida instruyendo a un grupo de solados. Quería hacer de ellos hombres que estuvieran perfectamente capacitados para defender sus posesiones. Al final de sus días tenía que elegir quien lo sucedería para seguir instruyendo soldados y así, entregar al elegido la gran valiosa espada que lo habilitaría para dirigir el ejército. Tenía que ser, sin duda la persona más valiente de todas.

 Ya en su lecho de muerte empezó a llamar a los posibles candidatos y a todos les hacía la misma pregunta. Se presentó el primero y le dijo: ¿Soldado, a qué tienes miedo? A nada, mi Señor. Y se retiró. Hizo lo mismo con el segundo: ¿Soldado, a qué tienes miedo? A nada, mi Señor, respondió de igual modo.

Uno a uno fue haciendo a todos la misma pregunta y obtuvo las mismas respuestas…excepto en el último que ante la pregunta sobre a qué tenía miedo contestó: A todo, mi Señor… pero me enfrento cada día a él. El rey satisfecho, entregó con orgullo su espada al soldado más valiente de su reino.


 En muchas ocasiones pensamos que no somos valientes porque nos dan miedo infinidad de cosas. Y a veces, nos creemos que nuestro compañero o compañera de al lado quizá no siente esos miedos. Sin embargo la realidad es bien distinta.

El miedo es algo natural y envuelve casi todos los ámbitos del ser humano. Además es necesario, porque gracias a él no ponemos una moto a 250 km/h, o no andamos por el filo de un acantilado. La valentía, por tano, no reside en no tener miedo, sino en enfrentar todas las pequeñas cosas que intentan convencernos día a día de que no podemos.

 Las personas que están satisfechas de la vida son aquellas que aunque tienen los mismos miedos que todos nosotros, se atreven a arriesgar, a trabajar duro y a plantearse retos nuevos día a día.

 Para reflexionar: ¿Qué clase de miedos son los que más te asaltan? Cuenta algún miedo que hayas superado y que estés orgulloso de haberlo conseguido.


Venerable Mary Ward, ruega por nosotros.

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