Vivir en la luz
Leemos el texto del evangelio proclamado ayer domingo, cuarto domingo de cuaresma. En él se
nos invita a vivir en la luz, en vez de en la oscuridad. El evangelista Juan nos dice que vivimos
en la luz cuando hacemos obras buenas. Feliz semana.
En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
–«Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del
hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna.
Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que
creen en él, sino que tengan vida eterna.
Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve
por él.
El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el
nombre del Hijo único de Dios.
El juicio consiste en esto: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz,
porque sus obras eran malas.
Pues todo el que obra perversamente detesta la luz y no se acerca a la luz, para no verse
acusado por sus obras.
En cambio, el que realiza la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están
hechas según Dios.»
Padre Nuestro.
Venerable Mary Ward, ruega por nosotros.
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