ESO- BTO. Oración de la
mañana. Viernes, 19 de junio de 2.020
En
el nombre del Padre, del hijo y del Espíritu Santo.
Vamos a leer un trocito del evangelio:
En aquel tiempo, las autoridades y el pueblo hacían muecas a Jesús, diciendo: - A otros ha salvado; que se salve a sí mismo si él es el Mesías de Dios, el elegido. Se burlaban de él también los soldados, ofreciéndole vinagre y diciendo: - Si eres tú el rey de los judíos, sálvate a ti mismo. Había encima un letrero es escritura griega, latina y hebrea: "Este es el rey de los judíos". Uno de los malechores crucificados lo insultaba diciendo: - ¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros. Pero el otro lo increpaba: - ¿Ni siquiera temes tú a Dios estando en el mismo suplicio? Y lo nuestro es justo, porque recibimos el pago de lo que hicimos; en cambio, éste no ha faltado en nada. Y decía: - Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino. Jesús le respondió: - Te lo aseguro: hoy estarás conmigo en el paraíso.
En aquel tiempo, las autoridades y el pueblo hacían muecas a Jesús, diciendo: - A otros ha salvado; que se salve a sí mismo si él es el Mesías de Dios, el elegido. Se burlaban de él también los soldados, ofreciéndole vinagre y diciendo: - Si eres tú el rey de los judíos, sálvate a ti mismo. Había encima un letrero es escritura griega, latina y hebrea: "Este es el rey de los judíos". Uno de los malechores crucificados lo insultaba diciendo: - ¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros. Pero el otro lo increpaba: - ¿Ni siquiera temes tú a Dios estando en el mismo suplicio? Y lo nuestro es justo, porque recibimos el pago de lo que hicimos; en cambio, éste no ha faltado en nada. Y decía: - Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino. Jesús le respondió: - Te lo aseguro: hoy estarás conmigo en el paraíso.
Un intenso diálogo entre Jesús y el buen ladrón antes de morir. Un hombre que reconoce su error y precisamente por eso se abre a la misericordia de Dios. Nunca, nunca podremos experimentar el perdón de nadie si antes no reconocemos que nos equivocamos. Nuestro orgullo a veces nos priva de algo tan maravillosos como sentirnos perdonados. ¡¡¡¡Buena fin de semana!!!
Padre nuestro...
Venerable Mary Ward, ruega por nosotros
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