Adviento
El deseo, la ilusión, la expectación... es lo que sentimos cuando se
acerca algo que esperamos de verdad. Ese tiempo de espera
ilusionada es lo que llamamos Adviento, un tiempo de 4 semanas
previas a la Navidad, que termina con el nacimiento de Jesús en medio
de nuestro mundo. El Adviento es un tiempo para los grandes sueños.
Sólo los mediocres, la gente tóxica y desesperada es la que se niega a
soñar de verdad.
Dios sueña con un proyecto de felicidad para el mundo, para cada uno
de nosotros y para comunicárnoslo se hizo hombre como tú y como
yo. Se hizo carne gracias a la confianza de María, que se sintió parte
del sueño de Dios y supo decir que “sí” aun con miedo y sin tenerlas
todas consigo.
El Adviento nos invita a pararnos a esperar algo grande que llega.
Esperamos con ganas. Esperamos, pero no sentados, sino muy vivos.
Mirando alrededor y buscando el bien para nosotros y para otros.
El Adviento es también un tiempo para recordar que Dios nos quiere,
y haciéndose niño nos recuerda lo mucho que le importamos, lo
mucho que apuesta por nosotros.
Atrévete a dedicar este tiempo de Adviento a reconocer como Dios
nos quiere y en medio de nuestra vida, a veces más fácil, otras menos,
Él no deja de repetirnos “Te quiero” regalándonos mucho en el día a
día que a veces nos cuesta ver. ¿Qué hay de bueno en tú día a día?
¿Quién te saca sonrisas? ¿Quién te escucha? ¿Quién apuesta por ti?
¿Y tú? Cómo son tus sueños, cómo ayudas, cómo escuchas, cómo
quieres a los que tienes a tu alrededor, en casa, en el colegio...
Reflexiona unos minutos cada día a lo largo de este tiempo de
Adviento, y no te conformes con la mediocridad... atrévete y no dejes
de SOÑAR.
Padre Nuestro.
Venerable Mary Ward, ruega por nosotros.
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