domingo, 11 de febrero de 2018

Oración de la mañana - Secundaria y Bachillerato (12-02-2018)

PORQUE HAS VISTO HAS CREÍDO 

El texto que leemos a continuación nos relata algo que le pasó al apóstol Tomás y que quizá nos pase también a nosotros en muchos momentos. Tomás, no se creía que Jesús hubiese resucitado, y dijo que hasta que no viera y tocara sus heridas de muerte no lo creería. A veces nosotros también dudamos, sin embargo el Señor valora que creamos aunque no hayamos visto. Quizá también nosotros a veces seamos duros de corazón y nos cueste tener confianza en los demás. La confianza es importante porque sin ellas es más difícil caminar por la vida. Tener confianza no significa creernos todo lo que nos cuenten. De hecho se ha demostrado que un 44% de las noticias que recibimos de las redes sociales es completamente falsta. Pero sí se trata de que creamos en aquellos que tenemos cerca y que nos cuidan. Os dejo con el texto del evangelio: Al atardecer de aquel día, el primero de la semana, estando cerradas, por miedo a los judíos, las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: «La paz con vosotros.» 20 Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron de ver al Señor.21 Jesús les dijo otra vez: «La paz con vosotros.
 Como el Padre me envió, también yo os envío.» 22 Dicho esto, sopló y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo. 23 A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.» Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Los otros discípulos le decían: «Hemos visto al Señor.» 25 Pero él les contestó: «Si no veo en sus manos la señal de los clavos y no meto mi dedo en el agujero de los clavos y no meto mi mano en su costado, no creeré.» 26 Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro y Tomás con ellos. Se presentó Jesús en medio estando las puertas cerradas, y dijo: «La paz con vosotros.» 27 Luego dice a Tomás: «Acerca aquí tu dedo y mira mis manos; trae tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo sino creyente.» 28 Tomás le contestó: «Señor mío y Dios mío.» 29 Dícele Jesús: «Porque me has visto has creído. Dichosos los que no han visto y han creído.»

Padre Nuestro.

Venerable Mary Ward, ruega por nosotros.

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